Fundamentos y beneficios del Pranayama
En yoga, se denomina Pranayama al control sobre la respiración. Sus técnicas y principios se basan fundamentalmente en el dominio de los ritmos de la inspiración y la expiración; así como de las pausas entre ambas.
Se utilizan cuatro modos de respiración: clavicular, torácica, abdominal, y completa.
Definición:
Pranayama es una palabra compuesta sánscrita, cuyo significado deriva de la unión de prāṇá: Energía vital, aire, vida, respiración, y iāma: Control (al que también se le atribuye la acepción de “expandir”, en su forma “āiāma”).
Sin embargo, más allá de su definición etimológica, el Pranayama es un conjunto de técnicas destinadas a armonizar nuestra relación cuerpo mente a través de la respiración; así como a potenciar y mejorar nuestra salud física y mental.
Desde tiempos inmemoriales los yoguis de la India conocían la conexión entre estado mental y respiración. Sabían que un determinado estado emocional o anímico produce diferentes modos de respirar. Cuando nos asustamos por algo, contenemos la respiración, si estamos nerviosos, se torna entrecortada; cuando dormimos, se vuelve pesada y se exhala de forma distendida, y así un largo etc.
Los yoguis conocían todo esto, pero también sabían que, de igual forma que un determinado estado emocional afecta a nuestra forma de respirar, un modo de respirar concreto incide sobre nuestro estado emocional, anímico y mental.
Ciclos respiratorios en el Pranayama
El Pranayama utiliza los tres ciclos de la respiración como base:
- Inspiración (Puraka).
- Retención del aire (Kumbhaka).
- Exhalación (Rechaka).
Una de las técnicas más conocidas y eficaces que ofrece el Pranayama consiste en cuadriplicar el tiempo de retención empleado en la inhalación y duplicar este en el de la exhalación; de forma que se produce un patrón 1-4-2.
Ejemplo: si inhalamos durante dos segundos, entonces retenemos el aire en ocho (resultante de 2×4) y expulsamos el aire en cuatro (resultante de 2×2).
La retención puede realizarse a pulmón lleno (la más común), o a pulmón vacío, siempre sin forzar, teniendo en cuenta el estado de salud y capacidad específica de cada individuo.
Conviene empezar cada ciclo de ejercicios de Pranayama desde un tipo de respiración diferente, comenzando por una de tipo abdominal, para después repetirlo con la de tipo torácico, pasando luego por la clavicular y terminando con la respiración integral o completa (utilizando consecutivamente los tres tipos en el mismo ciclo, empezando por el vientre, seguido del tórax y finalmente la parte de la clavícula; para proceder en sentido inverso durante la exhalación).
Requisitos para la práctica
Los requisitos para la práctica del Pranayama son los siguientes:
- Una postura o asana estable.
Deberá ser una que nos permita permanecer tranquilos y relajados durante todo el ejercicio.
Podemos destacar la postura del Sastre o shukasana, y otras similares como siddhasana; aunque también se pueden realizar sentados en una silla o tumbados, en la postura del cadáver (savasana).
Resultará muy confortable servirnos de un cojín de meditación o de una esterilla cómoda.
- Actitud concentrada y alerta.
Es importante que durante la práctica del Pranayama mantengamos la atención exclusivamente sobre el ejercicio, tratando de evitar aquellos momentos en los que podamos ser interrumpidos.
- Llenar los pulmones completamente al inhalar y vaciarlos del todo al exhalar.
Esto debe realizarse sin esfuerzo, respetando nuestra condición física. Progresivamente iremos aumentando los tiempos de retención, y nuestra capacidad pulmonar se verá igualmente incrementada.
- Procurar realizar las técnicas de Pranayama con el estómago vacío.
Dado que vamos a emplear diferentes tipo de respiración; ya sea clavicular, torácica o abdominal, resulta conveniente tener el estómago vacío o muy poco lleno.
- Aumentar los tiempos de retención de forma muy gradual y acorde a nuestras capacidades.
- Consultar siempre al médico o al especialista en caso de que padezcamos algún trastorno de tipo respiratorio.
- Las personas enfermas pueden practicar Pranayama sin tiempo de retención.
- Proceder siempre con prudencia y evitando esfuerzos.
Hasta aquí las claves y conceptos básicos del Pranayama, pero ¿Qué beneficios podemos obtener con su práctica?
Beneficios del Pranayama
Entre los numerosos beneficios que se desprenden de la práctica del Pranayama, cabría destacar los siguientes:
- Estabiliza las funciones corporales y mejora la capacidad pulmonar.
- Nos induce a respirar correctamente durante la vida cotidiana.
- Mejora significativamente los niveles de energía y nuestro estado vital.
- Purifica las vías respiratorias y previene contra el asma, la bronquitis y diversos trastornos respiratorios.
- Conlleva un efecto sedante sobre todo el sistema nervioso, calmando la mente y apaciguando los pensamientos.
- Es un ansiolítico natural.
- Induce a los adolescentes a adoptar buenos hábitos respiratorios y mejora la calidad y esperanza de vida en los adultos; especialmente en las personas mayores.
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